martes, 5 de febrero de 2013

No diga última, diga penúltima.

Los caminos de la parodia son inescrutables. Andaba yo brujuleando por internet hace unos días (SÍ, esos días que tenía que dedicar al estudio de las asignaturas del Máster) cuando descubrí una imagen que despertó mi afán investigador. Era, todo sea dicho, una imagen grandiosa que hizo preguntarme lo siguiente: ¿cuántas versiones pueden hacerse de una obra que ha trascendido tanto, hasta convertirse en un icono del arte occidental? Con ese hito me refiero a 'La última cena' de Leonardo Da Vinci.




Esta magnífica obra es considerada por todos los expertos en Arte como una de las más famosas e influyentes de la Historia de la Pintura. Por si esto fuera poco, hace unos añitos vio crecer su más que extendida fama gracias a 'El Código Da Vinci' de Dan Brown; en esta novela se cuenta cómo el famoso pintor escondió un secreto en este cuadro (algo que al gran público le ha calado más que todas las explicaciones que un libro de divulgación puede ofrecer): el personaje a la derecha de Cristo no es Juan sino María Magdalena, con la que tuvo una hija, y juntos forman la 'M' de Matrimonio, blablablabla... La fiebre por Da Vinci y por 'La última cena' no ha dejado de crecer en los últimos tiempos y cada vez más gente se lanza a encontrar significados ocultos hasta en el fondo paisajístico.



Yo me quedo con lo que puedo contrastar. Leonardo realizó esta obra entre 1495 y 1497 para Ludovico el Moro, de los Sforza; no pintó un fresco al uso sino que aplicó la pintura al temple (usando la clara de huevo como aglutinante) sobre una preparación seca de dos capas de yeso sobre un enlucido. Así, logró una riqueza de color y de detalles increíble pero, al poco tiempo, la pintura comenzó a sufrir un deterioro que se mantiene hoy día; las restauraciones han ralentizado las pérdidas de pigmento pero sin duda estamos ante una obra con fecha de caducidad. Leonardo experimentó varias veces con esta técnica del fresco secco (aquí explican mejor los detalles técnicos). Esta imagen ilustra el refectorio de un convento dominico, en la iglesia milanesa de Santa Maria delle Grazie. Querer visitarlo requiere un poquito de paciencia, porque la lista de espera es de meses, pero se puede conseguir (yo lo tengo en tareas pendientes). No dejan hacer fotos dentro, lo cual es de agradecer, porque me imagino a los cuatro despistados de siempre a los que se les olvida quitar el flash y con algunas obras es mejor prevenir que curar.

Varios son los detalles que cautivan al espectador, sea entendido o no. Uno es el ambiente, medido al milímetro, que sigue las reglas de la perspectiva que en aquellos años causaba furor entre los artistas italianos. Otro son los gestos de los apóstoles, lo que algunos han bautizado como "movimientos del alma": no hay uno igual a otro y muestran desde sorpresa hasta resignación, pasando por la ira o la reflexión. Alzan las manos, las extienden, se señalan a sí mismos, al cielo, se apoyan en la mesa como queriendo oír mejor. Es una escena de verdadero dramatismo.


¡Basta de explicaciones de guía por hoy! Pretendía hacer una introducción y claro, una hablando de arte se emociona. Lo que venía a contaros alude más al impacto que esta obra ha tenido en la iconografía popular. Es una imagen tan famosa que cualquier parodia u homenaje de la misma va a enraízar directamente con la fuente original, y eso lo saben muchos publicistas, fotógrafos o diseñadores. ¿Cuántas imágenes conocéis que parodien 'La última cena' de Da Vinci? Aquí os presento algunas:


Hace mucho mucho tiempo, en una galaxia muy lejana... En esta versión se juntan personajes tanto de la antigua como de la nueva trilogía de 'La Guerra de la Galaxias'. Yoda, Obi-Wan, el senador Palpatine, el adorable Chewie o los amantes Han Solo y Leia se sientan en una mesa en la que Luke Skywalker hace las veces de Jesús mientras Darth Vader eleva el puño. ¿En vez de 'Yo soy tu padre' se decantará por 'Yo soy el camino, la verdad y la vida'?


Seguimos con la cinefilia: hace unos meses tuve esta imagen como cubierta de Facebook y es que lo merece. Grandes mitos del cine clásico en torno al más grande todos: Marilyn Monroe luce busto y sonrisa mágica bajo las letras de Hollywood (no podía ser de otra forma). De izquierda a derecha: Laurel y Hardy, Elvis Presley, Clark Gable, John Wayne, Charles Chaplin como Charlot, James Dean, Humphrey Bogart agarrado a su whisky, Fred Astaire, Cary Grant, Boris Karloff como el Monstruo de Frankenstein y Marlon Brando, impecable de motero. Ains.


3, 2, 1... ¡Sésamo Barrio! Lo sé, parece que desmerece después de la hollywoodiense, pero ésta es por los buenos tiempos, es decir, la infancia. La última cena se transforma en el cumpleaños de Caponata (cambiado de sexo y rebautizado en la versión moderna como Paco Pico, WTF) y no falta nadie: el monstruo del cubo, Triki, Elmo, el vampiro, los inseparables Epi y Blas y COCO. ¿No es adorable Coco extendiendo las manos?


Saltemos a la polémica. En el 2005 vio la luz esta imagen de la casa francesa Marithé et François Girbaud con unos apóstoles un tanto especiales: doce modelos femeninas y uno masculino, el cual precisamente no interpreta a Cristo, sino que muestra una más que interesante espalda a la derecha de la "salvadora". Como os podéis imaginar la Iglesia entró en cólera y rápidamente fue eliminado de las calles de ciudades como París y Milán, donde competía en cercanía con 'La última cena' original. Otras voces se levantaron diciendo que defendía la anorexia. En fin... no deja de ser publicidad y si consigue llamar la atención, punto y minipunto para el creador. No aprendemos.


El artista ruso Raoef Mamedow escandalizó en su día gracias a esta versión "con un cromosoma de más". Una última cena compuesta por modelos con Síndrome de Down, tratados magníficamente en cuanto a espacios se refiere: cuatro grupos de tres bien diferenciados y en el centro un Cristo con mirada perdida. ¿Provocación? No lo creo; ésta imagen no incita a la risa o a la parodia, sino a la reflexión, como es intentar preguntarse porqué se aparta a esta gente de cualquier tipo de representación icónica...


Quien me conoce lo sabe: soy una Lostie de corazón. Desde 2005 hasta 2010 estuve enganchada en cuerpo y alma a 'Perdidos', esa serie que despierta amores y odios (siendo yo de las primeras). No recuerdo si fue para la quinta o la sexta temporada cuando salió este cartel promocional que remite sin pudor al fresco leonardesco. Locke, que ya escondía al humo negro de aquéllas, es el centro de atención del resto de personajes y el único que mira a cámara. Lo flanquean Sawyer y Jack (¿y tú de quién eres?) ante un escenario de sobra conocido: los restos de una estación Dharma (cuyos productos alimenticios se encuentran también sobre la mesa) mientras que podemos ver fragmentos del avión por doquier: desde los asientos hasta en el ala en el que se apoyan. MagnificLOST.


Seguimos con las series, con otra que ya ha terminado y tiene su hueco en el Olimpo de la televisión: 'Los Soprano'. Doce apóstoles (no falta ni uno) y en medio de ellos Tony Soprano, el capo de la familia. Sobre la mesa aparecen unos alimentos que bien podían aparecer en cualquier versión pictórica con unos cuantos siglos encima: peces, panes, vasos de vino y algunas frutas. Todo está cuidado al detalle. He de entonar el mea culpa y decir que la tengo entre mis pendientes...


Perdiendo el tiempo buscando por internet encontré varias versiones realizadas con los famosos muñequitos de Lego. Me gusta ésta por su fiabilidad al original tanto en personajes como en los fondos: ¡tiene hasta el arco ciego sobre la puerta! Y qué decir de los vasos rojo-translúcido que asemejan el vino...


Si la cosa va sobre Cristos, no podemos olvidarnos del Ecce Homo de Borja. Poco tiempo después de que este fresco retocado saltara a la palestra mediática de la mano de su anciana creadora, los montajes se agolpaban en la red. Hay muchos míticos que podéis encontrar aquí. Y cómo no, pronto surgió la parodia leonardesca. Ver para creer...


Ésta es una de mis favoritas a pesar de ser un reciente descubrimiento (me la encontré mientras buscaba material para el post). Una última cena soñada por científicos y capitaneada por Albert Einstein. Acompanándole de izquierda a derecha podemos encontrar a Galileo Galilei, Marie Curie, J. Robert Oppenheimer, Isaac Newton, Louis Pasteur, Stephen Hawking, Carl Sagan, Thomas Edison, Aristóteles, Neil deGrasse Tyso, Richard Dawkins y Charles Darwin. Todo un lujo. Para saber más de los personajes representados podéis pinchar en el blog donde saqué la imagen.


"Una vez terminada la cena, sacaron los instrumentos y se pusieron a cantar... Far over the misty mountains cold". La obra de Leonardo no se escapa ni de los fenómenos más recientes como es el estreno de 'El Hobbit: Un viaje inesperado'. Parece que Tolkien lo hizo a propósito: trece enanos, el mismo número que los Apóstoles y Jesús. El centro es ocupado por el jefe de la compañía Thorin Escudo de Roble (how majestic!) mientras que el resto de posiciones son ocupadas por Bombur, Bofur, Ori, Gloin, Oin, Balin, Bifur, Fili, Kili, Nori, Dwalin y Dori respectivamente. ¡Y los he escrito sin mirar, eh! Madre mía... Lo cierto es que en gestos y en atrezzo es una de las versiones más logradas. La encontré en Devianart y he de confesar que su hallazgo fue el que me inspiró esta entrada. Frikismo + Arte, ¿acaso puedo pedir más?


Y llegamos al final... Ahora que los exámenes y trabajos nos dan una tregua a todos los sufridos alumnos del llámame-Máster-pero-no-antiguo-CAP, más entradas poblarán mi timeline. Solo necesito ideas que, como podéis ver, a veces surgen de la manera más idiota. Me despido hasta la próxima con otra versión de 'La última cena' a cargo del fotógrafo Juan Manuel Ballester.

¡Vaya! Parece que los Apóstoles y Jesucristo se han cansado de charlar y nos han abandonado el cenáculo. Conozco a Ballester por su serie de montajes 'Espacios vacíos' en los que representa algunos de los escenarios de obras de arte totalmente expoliados, sin personajes. Y es que hasta ellos necesitan un respiro de vez en cuando...



Et ego Geloira.

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